sábado, 22 de marzo de 2008
Proyecto IMPACTA UAI
16:00 Junta en el andén 14. De a poco íbamos llegando todas las integrantes del grupo detrás de inmensas mochilas que reflejaban la larga travesía que nos esperaba. El calor era sofocante pero no afectaba nuestro ánimo.
6:15 (18 de Enero)
Llegamos al Terminal de Puerto Montt tras un largo viaje que incluyó varias escalas y más de una interrupción del sueño en manos de algún bebé (nos preguntamos si podremos ser capaces de ser madres algún día). Tenemos que decir que el servicio de aire acondicionado de Turbus parece más “momentos de ráfagas acondicionadas”. Ojala no nos resfriemos gracias al aire. Ahora esperamos en el Terminal que sean las 8 AM, preguntamos a numerosos chóferes y nos han dicho que de acá sale el bus a Hornopirén. Comeremos uno de los apetitosos snack que hemos compartido entre todas, con una vista un poco paradójica: un crucero de lujo. ¡LUJO ES LO QUE MENOS TENDREMOS ESTOS DIAS!
18 y 19 de Enero, Hornopirén- Parque Pumalín
15:00 (18 de Enero)
Luego de llegar a Hornopirén en un viaje bastante ameno encontramos la oficina de Naviera Austral y nos encontramos con la desagradable sorpresa que no habían cupos para el trasbordador de ese día hacia Caleta Gonzalo, pero luego de conversar de manera agradable y gracias a nuestra simpatía y poder de negociación, digno de estudiantes de ingeniería comercial, pudimos acceder al Mailén, trasbordador que nos llevaría a Caleta Gonzalo. Entusiasmadas y agradecidas entramos raudas a sentarnos al interior y conocimos un guapo alemán de 30 años llamado Klaas que nos contó de sus antiguas experiencias en el sur de Chile y nos dio la esperanza que nos encontráramos más de algún hombre con quien alimentar la pupila a falta de comida de calidad.
También conocimos a seis “lolos” que eran de los colegios de Rancagua y Tabancura que representaban menos edad de la que decían tener (17 y 18 años) que venían a recorrer la carretera Austral en bicicleta, parecía ser una mejor opción que la nuestra
En fin, luego de 5 horas en el trasbordador, donde con lo único que soñábamos era con una comida caliente y nuestros sacos, vimos desde lejos Caleta Gonzalo, sin duda uno de los paisajes más bellos que nos ha tocado ver: aguas hermosas, una pequeña playa y cerros con árboles milenarios. Según Alita el paisaje era parecido a la película “La Playa”, me pregunto: ¿en dónde estará mi Leonardo Di Caprio? Tras ponernos las mochilas caminamos hacia el camping Caleta Gonzalo, cruzamos un lindo puente colgante luego de pagar unos módicos $1500. Era todo verde y habían mil carpas, nos instalamos y comimos unos tallarines sin gracia pero a esta altura parecían ser sacados desde la mismísima Italia. La envidia se apoderó de nosotras al ver que las personas que estaban al lado, cocinaban carne y que de su sartén salía un olor de esos que se hace agua la boca. Al terminar nuestra gran comida nos tiramos un piquero a nuestro saco de dormir.
20 de Enero, Parque Pumalín- Chaitén- Río Yelcho
a las dos de la tarde, comenzaron a aparecer, lamentablemente, nuestra infaltable compañía de siempre, nuestros amigos TABANOS y COLIGUACHOS por lo que nuestro viaje se nos hizo aún más desagradable. Seguimos caminando, almorzamos galletas con atún y cuando creímos que todo estaba perdido pasó una camioneta salvadora. En su interior estaban Karina y Pablo, eran de Valparaíso pero vivían en Santiago, él constructor civil y ella fonoaudiologa. Desafortunadamente dijeron que podían llevar solo a una y no lo pensamos dos veces lanzamos a Paloma con todas las mochilas y prometimos encontrarnos en el camping C12 “El Tronador”. Cata, Alita y quien les habla seguimos a pie con nuestras mochilas de mano. Un minuto después llegó una camioneta totalmente vacía. Nos llevó a las tres y nos dejó en el camping C12, ahí no había lugar donde acampar así que Karina y Pablo llevaron a Paloma a otro camping que desafortunadamente también estaba lleno y finalmente nos llevaron a todas apretadas arriba de las mochilas hasta el camping Lago Negro. Seguimos un cartel que decía que había un camping a 800mts.
Con carpa, mochilas y todo, seguimos el camino tras cruzar un bosque frondoso llegamos a un pseudo camping donde había una pérgola bastante pequeña y nada más. La furia se podría haber apoderado de nosotras pero vimos el lago, no nos podíamos enojar con esa vista, nos sacamos un par de fotos y subimos a la entrada. Había baños y una pérgola, armamos carpa. Comimos con nuestros salvadores Karina y Pablo.
Al rato después llego un camión, traía a Manuel y Benjamín, nuestros amigos pescadores, pusieron su carpa cerca de la nuestra y les ofrecimos vino (regalado por la pareja) y nos prometieron hacernos un pescado que no olvidaríamos. Ojala nos volvamos a encontrar y cumplan su promesa. Mañana aún no sabemos que hacer, quizás partir a Chaiten.
Finalmente llegamos a Chaiten, nos dejaron justo al lado del centro de informaciones… pero antes de todo, lo tan esperado ¡PRENDER EL CELULAR! Acá si teníamos señal y podríamos decirles a nuestras ya preocupadas familias que estábamos vivas. Después de las llamadas respectivas partíamos rumbo al camping “Anita”. Fue un poco complicado llegar a destino, ya que buscábamos una calle que en el mapa salía, pero que en la realidad no aparecía, el nombre de la calle era Pedro de Valdivia y estaba a dos cuadras más arriba de lo que estábamos buscando. Quizás nuestro cansancio y ganas de llegar nos causaron una mala jugada. Llegamos y poner la carpa solo costaba $3000. No lo pensamos dos veces y la armamos mientras llovía de una manera que sólo llueve por estos extremos del mundo. Al terminar, la lluvia y nosotras éramos una sola, totalmente mojadas.
23 de Enero, días bajo un puente
Decidimos con nuestros amigos pescadores quedarnos y hacer un asado por lo que nosotras fuimos a Chaiten a comprar las cosas y así aprovechamos de hablar con nuestras familias y tres de nosotras con sus respectivos novios. Hicimos dedo de ida y a la vuelta con toda la carga a nuestras espaldas tuvimos que caminar bajo el sol que más que del sur parecía ser del sofocante Santiago. Llegamos tarde pero el ánimo y las ganas de comer algo distinto a tallarines y arroz nos hicieron olvidar el calor y el cansancio. Todo hubiese sido perfecto sin la aparición de un centenar de zancudos que se ensañaron con nosotras. Y así pasaron 3 días en Yelcho sin ninguna comodidad, pero un lugar tranquilo, bajo un puente para dormir y un lindo, pero frío río para bañarnos. Decidimos
partir al dia siguiente y vimos un pequeño, pero odiado ser
por algunas ¡¡¡¡UN RATÓN!!!!... de cola larga. Tenemos que reconocer que más que el susto por la carencia de belleza de este diminuto ser, temimos por el tan conocido HANTA, la más preocupada era Alita, y por el dia entero la paranoia se apoderó de nosotras. Esperamos no habernos enfermado.
26 de Enero, Yelcho- Futaleufú
Partimos sin almorzar, con sólo una leche encima hicimos dedo, minutos antes lo habian hecho nuestros amigos pescadores. Nuestro destino: Futaleufú. A ellos los llevaron inmediatamente en cambio a nosotras tras 45 minutos de larga espera bajo el sol, el cual incluyó que dos de nosotras vieran otros ejemplares de cola larga. Al parar el primer auto (por fin) nos llevo un poco antes de lo que necesitábamos, llegamos a la bifurcación de Futaleufú con Palena (Puerto Ramírez) como a las 4 PM con las esperanzas de hacer dedo y ahorrarnos el pasaje en bus que “supuestamente” pasaba a las 6 PM.
Al llegar a Puerto Ramírez estaban Benjamín y Manuel otra vez, así que nos quedamos con ellos a la sombra esperando que algún auto nos llevara a Futaleufú, pero pasaban las horas y nunca pasaban los esperados autos. Al rato después llegaron dos norteamericanas y un argentino, los cuales no respetaron el orden de llegada para hacer dedo y cuando pasó por fin un auto fueron los primeros en subir, lo que nos desesperó en la espera aún más, sin embargo, la compañía de don Luís nos daba más ánimo ya que él llevaba más horas esperando por lo que debíamos ser más fuertes. Luego de 5 hrs. de espera, sin haber comido nada, pasó el bus que venia con retraso desde Chaitén.
Antes de partir, don Luís nos recomendó un camping: “Puerto Espolón”, sin embargo, como llegamos a eso de las 10 de la noche a Futaleufú, al bajar estábamos completamente perdidas y no sabíamos dónde ir. Con la ayuda de la misma gente del bus y de lugareños llegamos, luego de varios intentos fallidos, al dichoso camping. En ese lugar nos recibió don Arturo, dueño del lugar, un Santiaguino con aires de hippie que soñaba con ir a vivir a ese lugar, pero las cosas del destino y una pequeña hija no lo habían dejado cumplir con sus sueños. Como no habíamos comido nada en todo el día, luego de arreglar las carpas y mochilas, nos dimos el lujo de ir a un restaurante decente a comer. Comimos carne con papas fritas, muy nutritivo, para luego sumergirnos en la oscuridad hasta el camping. Dormimos allí, debajo de un árbol gigante y por fin, sin tábanos.
27 de Enero, Despertar en Futaleufú
En la tarde salimos a conocer nuestros alrededores. Salimos a recorrer el pueblo. En la plaza principal habían actividades infantiles: habían promotores que tenían camas saltarinas, toboganes inflables, payasos y malabaristas. Como varias familias de este lugar no salen de ahí en verano, esto fue un descanso para ellos para entretenerse. Luego de haber estado 4 a 5 horas en el pueblo decidimos volver al camping para poder comer y descansar ya que mañana sería un día de actividades.
28 de Enero, Otro día en Futaleufú
el cansancio nos ganó, ahí nos detuvimos esperando que algún auto pasará. Durante unas largas horas indeseadas nada pasó y desgraciadamente tuvimos que volver al camping, en ese momento comenzaron algunas peleas entre nosotras, diferencias de criterio para dirigirnos a distintas partes, pero luego de una ardua conversación, y de decirnos algunas cosas que se venían arrastrando desde antes, todo solucionado, ir al río a bañarnos y disfrutar fue la mejor manera de enfriar los ánimos. No se nos hizo difícil ya que nuestro camping afortunadamente contaba con una playa adaptada sin ninguna piedrita. Ahí iba toda la gente del pueblo y don Arturo los dejaba entrar gratis, el agua de ese río (Espolón) era cristalina, muy limpia y sobretodo de un color que impresionaba. Luego de un rico chapuzón nos fuimos al pueblo a recorrer y a comprar unas cosas para la comida de ese día, nuestros compañeros nos sorprendieron ya que al llegar al camping nos tenían unas hamburguesas hechas por ellos muy ricas. Fue una larga noche llena de sonrisas y anécdotas personales.
29 de Enero, Ultimo día en Futaleufú
29 de Enero, Paso a Argentina (Esquel, El Bolsón)
Llegamos a El Bolsón y nos dirigimos a la plaza que estaba a un par de cuadras de el terminal, todo esto con mochilas en nuestras espaldas, ahí vimos el verdadero Bolsón, una plaza llena de vida, decenas de jóvenes en el pasto conversando así que decidimos unirnos ya que el viaje nos cansó bastante. Luego de que algunas, luego de perder un justo cachipún, fueran a averiguar cuanto costaba un camping que nos habían recomendado, se nos acercó un joven en bicicleta y al ver nuestra pinta de mochileros nos ofreció un camping, éste se encontraba en el patio de la casa de su hermana, quien ofrecía este servicio para poder costear la ampliación de su casa, estábamos dudando si ir a ver el lugar hasta que nos dijo que costaba $800 pesos chilenos por persona, no lo dudamos más y aceptamos de inmediato, creyendo que nos encontraríamos con lo peor. Llegamos al camping y era un patio de tierra colorido por las tantas carpas que habían, ahí se acercó amablemente la dueña de la casa, en sus manos una botella de agua recién sacada del refrigerador para recibirnos, la cual desapareció de inmediato en manos de 6 chilenos sedientos. Armamos carpas pegados LITERALMENTE a otras carpas y decidimos partir de nuevo a la tan festiva plaza. Ahí se nos hizo la noche y vimos un show de fuego bastante divertido y luego nos acercamos a un grupo de personas a conversar con ellos, así se fue agregando el grupo, siguió llegando gente y con ellos la siempre bienvenida música en manos de un rasta israelí que tocaba la guitarra y un senegalés que tocaba los tambores, después llego un chileno erradicado en Argentina que tocaba la mandolina, luego un peruano con un charango, es decir éramos un grupo totalmente heterogéneo unido por la música y por las ganas de pasarla bien. Nos quedamos cantando largo rato, hasta que el sueño se apoderó de nosotras y partimos de nuevo al camping.
El otro día fue más o menos parecido, salvo que nos bañamos en un río cercano al camping, el agua era bastante agradable. Esa tarde en la plaza había tocata, asi que partimos a escuchar más buena música junto a una también buena compañía. En la noche la plaza también se vistió de fogata e incluso bailamos al ritmo de los tambores, sin duda El Bolsón es un lugar inolvidable, al cual hay que volver algún día. Esa noche volvimos antes a dormir, nos esperaba un largo viaje al dia siguiente.
31 de Enero, San Carlos de Bariloche- Santiago
Precios:
- $13.000 Osorno-Santiago (Linea Azul)
Consejos Útiles
- Llevar la menos ropa posible, porque al irse uno no se da cuenta del peso que lleva hasta que tienes que caminar 10 kilómetros seguidos cuando no pasa ni un auto para hacer dedo.
- Repelente bajo todas las circunstancias, la cantidad de zancudos que hay es impresionante.
- Turnarse para prender el celular donde haya señal, en muy pocas partes se podrá encontrar un enchufe.
- Repartirse las partes de la carpa desde un principio, nosotras nos turnábamos la carpa entera y fue un suplicio.
- Llevar un colchón esponja pequeño para que no ocupe tanto espacio y para que la noche sea un descanso bien merecido.
- En cuanto al dinero, llevarlo todo en efectivo y guardarlo en distintas partes, sea en el cuerpo y en la mochila.
- Gases para la cocinilla, es mejor que sobren a que falten.
- Tratar de llevar la mayor cantidad de comida posible desde el punto de partida, ya que en el sur, la comida no es para nada de barata, por lo que se ahorraría mucha más plata.
- El saco de dormir en indispensable. Debe ser para pasar mucho frío, 5 grados bajo cero por lo menos.
- Bloqueador, mínimo 30 porque la radiación haya es muy alta.
- Llevar siempre un mini-botiquín que tenga lo más indispensable: paracetamol, gasa, alcohol, scotch, tijeras, pinzas (importante por las espinas), ácido mefenámico (para las mujeres), parche curitas.
Agradecimientos
- Chantal Leichtnam y Santiago Schiappacasse (ex integrantes de la ruta kütral) por habernos acompañado durante todo el semestre en el taller IMPACTA.
-Benjamín (chongo) Larrain y Manuel (mañungo) Undurraga por haber sido, por cosas del destino, parte de nuestro proyecto y por los buenos momentos y, por supuesto, ¡por el pescado gratis!
-Familia Pérez- Jimenez por acogernos de esa manera cuando lo necesitamos, gracias por la taza de café.
-Karina y Pablo por ayudarnos en el Parque Pumalín, por llevarnos cuando pensamos que no podíamos caminar más, por la buena disposición y por supuesto por el rico vino que nos regalaron.
-Don Arturo (dueño del camping "El Espolón", Futaleufú): por sus consejos, buena onda y atenciones.
-Guardaparques por la gentileza de recibirnos en su casa y protegernos de la lluvia y cómo olvidar también que nos llevaron a Chaitén.